jueves, 7 de noviembre de 2013

The Martian, de Andy Weir


Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando el tema principal de la serie MacGyver (Spotify, Youtube).

Confieso, sin rubor alguno, que los factores que hacen que un libro autopublicado llegue a convertirse en un éxito se me escapan completamente. Hay casos, como el de Wool de Hugh Howey (novela de la que espero hablar pronto en este mismo espacio), en el que, pese a algunos problemas, una notable calidad global justifica sobradamente su popularidad. Y luego hay cosas, como The Martian de Andy Weir, que evaden cualquier intento racional de comprensión.

Advierto desde el inicio, por si hubiera espectadores sensibles, que he sido incapaz de leer entero este libro. Lo dejé allá por la página 90 (en el medio digital es difícil estimar esas cosas). Pero, con mi osadía habitual, me voy a permitir hacer una reseña de The Martian, porque en realidad de esas 90 páginas me han sobrado al menos la mitad para convencerme de que esta novela es una auténtica bazofia.

Wilson, tenemos un problema
Es difícil saber por dónde empezar a criticar The Martian, porque hace aguas por todos los lados. El argumento es realmente poco original: Mark Watney es un astronauta que se queda accidentalmente varado en Marte, sin que nadie sepa que aún está vivo, sin forma de comunicarse con la Tierra y sin suficientes provisiones para sobrevivir. A partir de ese momento debe intentar mantenerse con vida durante el tiempo suficiente para que la siguiente misión tripulada llegue al planeta y pueda rescatarlo. Por supuesto, la cosa no resulta nada sencilla y continuamente surgen imprevistos y nuevos problemas. Y a eso se reduce toda la trama: me surge un problema; intento hallar una solución; comienzo a ponerla en práctica; me surge otro problema. Enjabonar, aclarar, repetir. 

Es más, la exposición de estas situaciones es tediosa, mecánica, repetitiva y sin tensión alguna, y las soluciones no resultan creíbles. Así, la mayor parte de los capítulos se reducen a una enumeración de hechos, cifras y posibles dificultades casi como si de un problema abstracto de ingeniería se tratara. Además, cuando una solución falla, Mark enseguida encuentra una alternativa, restando toda emoción dramática a la trama. El libro, más que una historia de ficción, parece un "tratado de posibles problemas que pueden surgir en una misión a Marte (y sus soluciones)" o un libro de autoayuda para astronautas abandonados a su suerte. Es aburrido hasta decir basta. Y más allá. 

Por su parte, el desarrollo y caracterización de los personajes es, simplemente, inexistente. De hecho, el personaje principal parece más una máquina que una persona. En los siete capítulos que fui capaz de soportar, Mark pasa 71 días en Marte y en ningún momento expresa ni un solo sentimiento, sino que se limita a explicar los problemas que debe superar, las estrategias que va a emplear, las dificultades que le surgen y las modificaciones que eso supone en sus planes. Nunca se muestra desesperado, animado, eufórico, melancólico… o cualquiera de los otros estados que se le pueden suponer no ya a una persona atrapada a millones de kilómetros de la Tierra, sino a un ser humano normal en una vida normal. Nunca dice que echa de menos a su familia o a sus amigos (aunque una vez se pregunta cómo le irá la temporada a los Cubs) o desea estar de vuelta en su hogar. Debe de ser que el clima marciano ayuda a mantener controladas las emociones. 

Un pequeño paso para una patata...
Por si todo esto fuera poco, la "ciencia" empleada para plantear y resolver los problemas de supervivencia no parece demasiado convincente. A modo de ejemplo, explicaré brevemente una de las escenas más surrealistas de la novela. Puesto que las raciones con las que cuenta Mark no son suficientes para alimentarse durante el tiempo necesario (lo cual se nos explica in excruciating detail durante varias páginas de cálculos de contenidos calóricos y gastos energéticos medios), se le hace necesario obtener una fuente de nutrientes alternativa. Pero en Marte no hay vegetales ni animales, ¿verdad? Wrong! La expedición de Mark, puesto que debía coincidir con el día de Acción de Gracias, había llevado una caja de patatas crudas para preparar una comida como dios manda en tan señalada fecha. Y sí, queridos amigos, nuestro astronauta favorito se embarca en la tarea de hacerlas crecer en el planeta rojo, lo cual (por supuesto) hace que surjan nuevos problemas que Mark debe abordar con su característica pericia y su inigualable ingenio. No contaré más, pero ríanse ustedes de las soluciones a los problemas del Apollo XIII. 

Poco puedo añadir sobre esta novela salvo que recomiendo no tocarla ni con un palo. Curiosamente, parece que mi opinión es minoritaria porque no sólo va a ser reeditada (en tapa dura y todo) por Random House, sino que ya se habla de una adaptación cinematográfica. Me parece realmente injusto, sobre todo cuando una excelente obra como Adrift on the Sea of Rains de Ian Sales, que tiene un argumento similar y es también autoeditada, difícilmente llegará a ser conocida ni por una ínfima fracción de los lectores de este engendro que es The Martian. Realmente, no sé si me resulta más difícil creer el éxito de este libro o lo de cultivar patatas en Marte. Si alguien lo entiende, que por favor me lo explique.   

29 comentarios:

  1. La clave, Odo, es caer en gracia. Hay tantos autores geniales que no triunfan, y otros tan pésimos que acumulan premios, que ya no es cuestión de echarse las manos a la cabeza. Y bueno, igual el marketing también tiene algo que ver.

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  2. Ya lo decía mi madre: Más vale caer en gracia que ser gracioso. Pero aún así sigo sin entenderlo. Y en el apartado de marketing no creo que este hombre haya hecho más que otros, pero le ha salido bien. Misterios insondables.

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  3. Ains! No sé por qué, quizás por eso de que el prota parece una máquina, me viene a la cabeza la excelente (en su momento) Homo Plus.

    En fin, sigo diciendo que me río mucho con tus reseñas de libros malos.

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  4. "... recomiendo no tocarla ni con un palo", JA JA JA. Estoy de acuerdo, es una obra infumable.
    ¿Conocéis el magnífico libro de relatos 'In the Valley of the Kings' de Terrence Holt? Contiene 'Charybdis', una de las mejores historias de náufragos espaciales que se han escrito nunca...

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  5. Gracias por el comentario, Jesús, y, sobre todo, por confirmarme que no soy el único que piensa que el libro es infumable (veo tantos halagos por ahí que empezaba a dudar de mi salud mental).

    Me apunto el libro de Holt, que no conocía.

    Gracias de nuevo

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    1. Podemos hacer un club de los que sus neuronas fueron denigradas con la escasa lectura del Marciano porque la presión intraocular hizo que los globos oculares empezasen a elevar su temperatura sin posibilidad de enfriarla gracias a las lágrimas

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    2. No nos engañas con tu palabrería técnica. Seguro que lo has copiado de la Wikipedia. Que a los que no les gusta El marciano son todos de letras. Y comunistas.

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  6. Totalmente de acuerdo con la reseña. He acabado ahora mismo la novela y mi impresión es de decepción, sobre todo después de haber visto tantas críticas positivas y tan pocas negativas. Y por cierto un final bastante previsible (tenía algo de curiosidad porque algunos hablaban de "final sorprendente", pero yo no he visto ese "sorprendente" por ningún lado). La verdad no entiendo el éxito de este libro...

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  7. Hola:
    Pese a que lei la reseña hace tiempo me atreví a leerlo, porque también lei algún reseñador (de los que me fio) recomendarla. Resumo mis impresiones:
    - Es entretenida como mucho. Final...normalito.
    - Da para una peli como inspiración, poco más y quitando mucha paja.
    - Los parrafos "técnicos" son insoportables y sobran.
    - Tampoco es para quemarla en la hoguera, pero no entiendo el super éxito. Supongo que la habrán promocionado para el tema de la peli (y viceversa)
    Un saludito cordial y gracias por tus reseñas
    MIGUEL ANGEL

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  8. Yo tampoco entiendo el éxito de este libro, Miguel Ángel. Misterios insondables.

    Gracias a ti por tu comentario :)

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Por decir algo positivo, me han gustado muchos los dialogos con la NASA (cuando consiguen comunicarse) y como trabajan para ayudarle desde la Tierra. La parte de los astronautas que salen de Marte sin él, tampoco está mal.
      Pero claro, es lo menos.
      Un abrazote
      MIGUEL ANGEL

      PD= Ahora me pongo con "Un minuto antes de la oscuridad", a ver que tal.

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  9. El de Biurrun lo tengo pendiente. Ya contarás.

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  10. Bueno, en consonancia con el libro, ésta es la reseña de la librería más grande de Argentina... O sea... Después de esto no hay nada más que decir: "Vendida a más de veinte países, best seller en EE UU e Inglaterra en un éxito boca a boca sin precedentes, lo que empezó como una novela autopublicada se ha convertido en todo un best seller en EEUU e Inglaterra, en extraordinario un éxito del boca a boca"
    (Juro: copié y pegué tal como sale en la página)

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    1. Yo sólo quiero la mitad de su éxito para el primer bodrio de los que escribo que salga publicado

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    2. Para mí, un cuarto de la mitad de tu mitad (y una calculadora para saber cuánto me toca, que soy de letras)

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  11. No queda claro si el libro se vendió bien y, en ese caso, si fue o no por el boca a boca XD

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  12. My god, le dan a leer un libro de ciencia ficción duro a gente "de letras" y claro, es una puta mierda... en fin.

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  13. La verdad, nunca me habían dicho que yo fuera "de letras". Y, si miras un poco el blog, verás que no le hago ascos a la CF dura. Más bien se me suele acusar de lo contrario :)

    Gracias por comentar

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  14. A ver odo, vuelve con tus libros sobre dialéctica y nomenclatura de tubérculos, esto de leer cosas sobre naves, espacio y batallitas patateras no es lo tuyo. A ver si nos vamos enterando.

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  15. Dialéctica, dialéctica... ¿ésa no es la religión de L. Ron Hubbard?

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    1. Me bailan las letras. A ver si es que voy a ser de danza

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    2. De ajedrez te aseguro que no. No te perdono que me inoculases el veneno y generar en mí el síndrome de abstinencia, de nuevo

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    3. Sorry, sorry :( Haré penitencia plantando patatas en Plutón o algo.

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    4. Además, será por falta de gente con la que jugar. En lichess tienes a cientos

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  16. A mí me ha gustado moderadamente. Es que me encantan las mamarrachadas técnicas, lo del cultivo de patatas me fascinó (aunque no detallara los problemas de salinidad del suelo, ¡qué decepción), por ejemplo, o cuando saca agua a partir de hidracina, la parte McGyver me mola. Lo peor, el personaje construido a medida. A ver, que el pavo es astronauta, ingeniero mecánico y botánico, y un tipo la mar de salao y con una psicología más estable que una pirámide. O sea, un Gary Stu de libro. X-D Pero en honor a la verdad, después de la página 90 pasan cosas que desmontan tus argumentos, el pavo sufre de soledad, miedo y toda la pesca, ¡hasta llora!, lo que pasa es que no lo muestra mucho. Porque (cágate, lorito), ¡lo va censurando! De vez en cuando piensa: "Eh, igual logro sobrevivir. No quiero que la gente lea estas cosas, no quiero que piensen que soy un mierda. Voy a borrar esto y lo otro." X-DDDD Es una especie de "deus ex-machina" para justificar que parezca un superhombre incapaz de desesperarse. Weir se dio cuenta, o se lo hicieron notar en el blog, y creó después escenas para hacerlo parecer más humano, pero se ahorró un montón de trabajo con el truquito de la autocensura. En fin, la novela unos mimbres literarios más que endebles, pero no más que cualquier típico "bestseller" escrito por un principiante obsesionado por la tecnología. Es mala, pero menos que el 90% de los "tecno-bestsellers" que pululan por ahí. A mí me ha entretenido, hasta me ha arrancado una carcajada (una).

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  17. Lo peor es el personaje, sin duda. A mí me sacó completamente de la historia. Me alegro de no haber seguido leyendo, porque el recurso ése de la "auto-censura" me habría cabreado aún más. Es como una ret-con mal hecha (sí, vale, ya sé que no hay ret-cons bien hechas, pero creo que se me entiende). Y es que lo de que la obra se publicó por entregas también se nota mucho y no favorece la lectura del libro como un tanto. Más bien al contrario.

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