lunes, 30 de enero de 2012

Jonathan Strange & Mr Norrell de Susanna Clarke


Puesto que mañana comenzaremos Shadow Ops: Control Point de Myke Cole, la segunda lectura grupal de #cifituits, he pensado que sería interesante rescatar una reseña de un libro en el que la magia también es protagonista principal. Han pasado ya 6 años desde que la publiqué en Estacion de Nieblas, por lo que algunos datos están desfasados. Todo lo demás me sigue pareciendo relevante, así que os dejo con ella. 

Jonathan Strange and Mr. Norrell es la primera novela de Susanna Clarke. Fue publicada el año pasado en Estados Unidos y Gran Bretaña con un impresionante éxito de crítica, público y ventas. Su último logro ha sido la nominación para los premios Hugo 2005. Además, también ha sido nominada para los premios de la BFSA (Asociación Británica de Ciencia Ficción), ha sido elegida tanto por los editores como por los lectores de SFSite (www.sfsite.com) como la mejor novela del año 2004 y Neil Gaiman ha dicho de ella que es "incuestionablemente la mejor novela inglesa de fantasía de los últimos 70 años". 

Con estas impresionantes cartas de presentación la pregunta natural es: ¿realmente es tan buena esta novela? La respuesta breve y concisa es que sí. Pero no nos quedemos con respuestas fáciles y analicemos un poco más lo que nos podemos encontrar en Jonathan Strange and Mr. Norrell

Desde el primer momento, queda claro que el eje fundamental de la historia es la magia. Una magia que, en la Inglaterra de principios del siglo XIX, ha dejado de practicarse, aunque no de estudiarse. Y esto es así hasta que aparece en escena Mr. Norrell, uno de los protagonistas principales de la novela. Mr. Norrell es un hombrecillo solitario, que vive retirado en su casa del campo y que ha acumulado a lo largo de los años una enorme biblioteca de libros sobre magia. Estudiándolos concienzudamente, ha conseguido volver a poner en práctica muchos de los conjuros y hechizos que hacía siglos que no se llevaban a cabo. Mr. Norrell es el único mago practicante en Inglaterra. Hay muchos magos teóricos, muchos estudiosos de la magia, pero sólo Mr. Norrell es capaz de hacer magia. ¿Sólo Mr. Norrell? Eso parece, hasta que Jonathan Strange demuestra que él, con menos estudios pero quizá con más talento natural, también es capaz de practicar la magia. Mr. Norrell acepta, con ciertos recelos y reparos, a Jonathan Strange como alumno y ambos entran al servicio del gobierno, especialmente como ayuda en la guerra contra Napoleón y los franceses. Desde ese momento, la historia gravita en torno a la relación de estos dos magos y, sobre todo, a su relación con la magia.

La magia, siempre la magia. Porque la magia es un componente fundamental de la historia de Inglaterra, un elemento que ha configurado desde siempre sus tradiciones, su cultura e incluso su política. Según avanza el libro, el lector se va sumergiendo en este ambiente mágico que impregna todas las cosas y, muchas veces a través de notas a pie de página, va descubriendo al misterioso Rey Cuervo, a las hadas y duendes, a los grandes magos que marcaron una época. Y, sobre todo, va descubriendo que lo que Susanna Clarke ha tejido en esta novela es una historia alternativa, en la que la magia es el elemento que ha transformado y sigue transformando Inglaterra. Una Inglaterra que se ha distanciado de aquella que nosotros conocemos para entrelazarse íntimamente con la historia y la cultura de ese otro misterioso país, el país de las hadas y los duendes, de los seres mágicos por naturaleza.

Quizás el aspecto que más llama la atención con respecto a otras novelas que tratan el tema de la magia (véase, por ejemplo, la serie de Harry Potter, con la que la novela de Clarke ha sido comparada una y otra vez, aun sin tener demasiado en común) es el realismo. La autora declara haber tenido la intención de hacer que la magia pareciera algo posible. En sus propias palabras, "algo tan real como la magia en la trilogía de Terramar de Ursula K. Le Guin". Por ello, en el libro son pocas las grandes manifestaciones mágicas, aunque hay algunas realmente espectaculares, como la gran demostración de Mr. Norrell en la catedral de York o el bloqueo marítimo a los franceses mediante barcos construidos con agua (dos de los capítulos más impresionantes de toda la obra). Y es que la magia es una disciplina que requiere un arduo estudio, aparte de una cierta habilidad innata. La magia es algo intrínsecamente difícil. Y, por tanto, no es algo que siempre funcione. Hay muchos hechizos que parecen inútiles, que no alcanzan el propósito deseado, que no se dominan totalmente. A lo largo de la novela, vamos asistiendo al desarrollo de las habilidades mágicas de los dos protagonistas, a sus éxitos y a sus fracasos, a sus descubrimientos e investigaciones. Muchas veces su compresión de lo que hacen es incompleta, y precisamente eso es lo que constituye uno de los núcleos de la historia: por un hechizo precipitado entra en juego un nuevo personaje que hará que muchas cosas cambien de rumbo...
 
Pero en Jonathan Strange and Mr. Norrell no todo es la magia. Fundamentalmente, la novela es un retrato de una sociedad y, como tal, está llena de detalles costumbristas muy al estilo de Jane Austen (no en vano la autora reconoce que su novela favorita es Emma). Esta cuidada ambientación se entremezcla con el ambiente mágico, con las preciosas ilustraciones de la edición inglesa y con un fino sentido del humor y de la ironía, para construir una historia que se degusta línea a línea. Porque éste no es un libro para leer con prisa. Es un libro largo (casi 800 páginas en inglés), que merece ser disfrutado con calma, dejándonos sumergir en esa historia alternativa de la Inglaterra mágica del siglo XIX.

3 comentarios:

  1. Para cuando un Los rumores de mi muerte han sido exagerados edición fantasía? :)

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  2. Siento decir que no creo que lo veas por aquí. Por un lado, estoy muy poco puesto en fantasía. En concreto, de fantasía reciente me faltan muchísimos autores por leer: Rothfuss, Erikson, Scott Baker, Abercrombie, Scott Lynch, Daniel Abraham, Brandon Sanderson... Por otro lado, los rumores de la muerte de la fantasía no son, ni mucho menos, tan reiterativos como los de la CF. Es más, creo que el consenso general es que la fantasía vive un muy buen momento.

    Ahora bien, me encantaría leer un artículo sobre fantasía moderna en el espíritu de lo que he intentado hacer con la CF. ¿Te animas?

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  3. Odo: No he leído el suficiente número de títulos como para hacer una lista decente :( Aunque sí que estoy de acuerdo en que la fantasía actual vive un buen momento (al menos comparándola con la de hace unas décadas).

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